Resolver en la libreta y entregar el día 15 y 16 de abril 2013.
Periódico
Excélsior. Del 3 al 31
de marzo 2013.
La
competitividad de la economía
Adolfo Orive
El debate sobre este concepto se inició desde
1990, considerándolo más allá de la macroestabilización en América Latina.03/03/2013
00:52
El Constituyente Permanente
está en el proceso de aprobar las reformas a los artículos 25 y 26
constitucionales en materia de competitividad. Recordemos que el artículo 25
establece que corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para
fortalecer la soberanía de la nación y promover el crecimiento económico, el
empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza. El Estado
planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional y
llevará a cabo la regulación y fomento de las actividades que demanda el
interés general. A esta concepción, el Congreso de la Unión le agregó el
concepto de competitividad que está siendo discutido en el Constituyente Permanente.
Una vez aprobada la reforma, la Comisión de Competitividad de la Cámara de
Diputados se ha dado por objetivo elaborar la iniciativa de ley reglamentaria
que someterá a consideración del pleno de la LXII Legislatura.
Para tal efecto, la
Comisión de Competitividad, conjuntamente con el Foro Consultivo de Ciencia y
Tecnología, está realizando cinco talleres con la participación de dirigentes
de asociaciones empresariales y especialistas de instituciones de educación
superior tanto públicas como privadas. Posteriormente organizará dos o tres
talleres más con dirigentes de sindicatos y de trabajadores. Los primeros cinco
tienen como temas: 1) El concepto de competitividad y sus aspectos
transversales en México; 2) La competitividad en los procesos de producción y
en los productos; 3) La competitividad en las diferentes regiones del
territorio nacional; 4) La competitividad en términos de cadenas de valor y sus
segmentos; y 5) Casos de países emergentes, destacados promotores de
competitividad y la opinión de los partidos políticos en la materia. En la
presente y próximas entregas pretendo presentarle al lector los conceptos e
ideas más significativas destacadas en estos talleres.
El debate sobre el concepto
de competitividad se inició desde 1990, considerándolo más allá de la
macroestabilización en América Latina. Una de las principales causas para
concebirlo en estos términos fueron las nuevas formas de organización
industrial realizadas principalmente por las empresas transnacionales; nuevas
formas que implicaban los conceptos de cadena de valor y sus segmentos,
cluster, redes intra e interempresa, desarrollo sectorial, desarrollo regional
y zonas económicas estratégicas, etcétera. Con esta revolución en las
organizaciones de negocio se intensificó y especificó el diálogo entre los
sectores público, privado y académico, al grado de crear sistemas locales y
sectoriales de innovación con la participación de los tres sectores.
El doctor Enrique Dussel Peters —de
la UNAM— propuso que, en este contexto, la definición de competitividad
implicara: a) una visión sistémica —macro, meso y microeconómica—; b)
encadenamientos mercantiles nacionales y globales y sus segmentos, y c) la
forma específica en que se integran regiones a procesos y productos
específicos. Para ello las políticas públicas —especialmente la política
industrial— deberían incluir objetivos, estrategias y evaluaciones a corto,
mediano y largo plazos.
El doctor Juan Carlos Moreno-Brid —de
la CEPAL— propuso la necesidad de un cambio estructural de la planta productiva
con el objetivo de que la economía mexicana pueda ser competitiva no sólo en
los mercados internacionales sino también en los mercados domésticos donde, en
la actualidad, está viéndose rebasada por las importaciones, principalmente del
Este Asiático. Propone impulsar el cambio estructural hacia sectores intensivos
en tecnología y conocimiento, articulándolos con sectores con rápido
crecimiento de la demanda interna y externa —para garantizar la expansión del
empleo—, sin perder de vista las restricciones externas de este nuevo modelo de
crecimiento; modelo alternativo al predominantemente liberal que no ha generado
ni crecimiento económico ni suficiente empleo. Insistió en el papel clave que
tienen las políticas y la inversión públicas en la promoción del cambio
estructural al inducir inversiones privadas complementarias e identificar
sectores y actividades de mayor crecimiento en el futuro.
El doctor Clemente Ruiz Durán —de
la UNAM— agregó a la visión sistémica de la competitividad un nivel meta, que
implica objetivos de largo, mediano y corto plazos que orienten el desarrollo
de la sociedad, conforme lo establece el propio artículo 25 de la Constitución,
cuyos principios anotamos al inicio de esta columna. Insistió también en la
necesidad de focalizar territorialmente los fondos de innovación destinados a
promover la alta, media y baja tecnología, así como la necesidad de otorgar un
mayor presupuesto a la promoción de la competitividad empresarial. Puso el
ejemplo de los desembolsos del BNDES de Brasil por rama de actividad y por
empresa. Finalmente, destacó la importancia en la creación de conciencia en los
agentes económicos para conseguir un acuerdo general sobre cómo abordar algunos
de los obstáculos clave a nivel nacional, en términos de la necesidad de un
cambio, también institucional.
La
competitividad de la economía (II)
Adolfo Orive
La realidad es que el sistema educativo nacional
no educa para un trabajo decente ni para la competitividad.10/03/2013 01:15
La Comisión de
Competitividad de la Cámara de Diputados ha estado realizando talleres con
especialistas y empresarios para recabar información que permita elaborar la
ley reglamentaria de los artículos 25 y 26 constitucionales en materia de
competitividad.
En el segundo taller, la doctora Gabriela
Dutrénit —de la UAM Xochimilco y directora del Foro Consultivo
Científico y Tecnológico—destacó que detrás de la competitividad de una
economía están la productividad laboral, la transferencia tecnológica, la
innovación y la ciencia aplicada. De 1996 a 2011, la productividad laboral de
México respecto a Estados Unidos ha decrecido 12%, mientras que, por ejemplo,
la de Chile ha aumentado 10% y la de Corea en más de 50%; el gasto en investigación
y desarrollo como porcentaje del PIB de México es el más bajo de los países de
la OCDE; esta baja inversión en ciencia, tecnología e innovación no sólo
corresponde al sector público sino sobre todo a las empresas porque la mayoría
de éstas, al ser transnacionales, realizan su investigación y desarrollo fuera
del país. México está retrasado en términos de sistemas de investigación de
capacidad emprendedora, de encadenamientos productivos y de activos
relacionados a la economía del conocimiento. Concluyó, mostrando la necesidad
de incrementar la competitividad en todos los sectores —industria, agro,
servicios— y en todas las regiones de acuerdo a sus vocaciones.
La doctora Rosa Isela Gluyas Fitch —del
ITESM— destacó que la formación de las nuevas generaciones de mexicanos no
están cumpliendo con los estándares mínimos requeridos en términos de
competitividad para hacer frente a los retos del país en los escenarios
nacional e internacional, según indicadores del PISA de la OCDE. En México 4.5
millones de jóvenes no tienen la oportunidad para capacitarse ni en las
universidades ni en las empresas. La realidad es que el sistema educativo
nacional no educa para un trabajo decente ni para la competitividad. Se
requiere un sistema educativo nacional que promueva el desarrollo de
competencias alineadas a las necesidades de los sectores productivos. Una
educación basada en competencias tiene el reto de desarrollar los
conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores de una persona
tanto en lo individual como en lo social, a través de un proceso de
autoconocimiento y autogestión de su propio desarrollo en un continuo proceso
de aprendizaje a lo largo de la vida.
El doctor Víctor Gutiérrez Martínez —de
CANIETI Sureste— trató el tema de la transversalidad de las tecnologías de
información y comunicación (TICs) para acceder más rápidamente a una economía
del conocimiento; pensando a ésta en aquélla que se sustenta en la producción,
distribución y uso del conocimiento y la información. Las fuentes de una economía
basada en el conocimiento es un sistema educativo que implique una educación
científica y tecnológica para crear y desarrollar nuevos conocimientos; un
sistema de innovación eficiente que adapte el conocimiento a las necesidades
locales de la planta productiva y en esa medida creen nuevos conocimientos
tácitos; y una infraestructura dinámica de la información en términos de acceso
a líneas telefónicas, computadoras e internet. Todo ello implica hacer énfasis
en el uso del conocimiento como instrumento para generar valor agregado. En
2010, sólo había 32.8 millones de usuarios de internet en el país. En términos
relativos, mientras que de 2007 a 2010 China, India y Brasil han incrementado
su capacidad en el uso de TICs, México ha decrecido. Urge incrementar los
recursos de Prosoft de la Secretaría de Economía, así como el Programa de
Estímulos a la Innovación del Conacyt. Se debe fortalecer el fideicomiso de la
Secretaría de Economía y de Conacyt para apoyar tanto a las empresas tractoras
como a las MiPymes; y también al Fondo Sectorial de Innovación de estas dos
instituciones, para el desarrollo tecnológico y la innovación.
Como un caso excepcional a la normalidad
mexicana, el doctorSadot Arciniega —del Centro de Ingeniería y
Desarrollo Industrial— mostró el desarrollo por ese centro de un
electroencefalógrafo digital de 21 canales, capaz de realizar mapeos
cerebrales, medición de pruebas de electrodos, histogramas de eventos de
frecuencia, transmisión de estudios vía FTP y video para paciente, que es mejor
y más barato que los equipos semejantes de marcas internacionales reconocidas y
que, sin embargo, no es adquirido ni siquiera por el sistema de salud público,
porque ni los especialistas ni los responsables de adquisición de equipos han
aprendido una cultura que los estimule en adquirir tecnología nacional y
tampoco existen los incentivos correspondientes. Lo mismo sucede con un
electrocardiógrafo inalámbrico y con un monitor fetal remoto, también desarrollado
por esos centros.
En el segundo taller también expusieron el
doctor Óscar Contreras, del Colegio de la Frontera Norte, sobre la
industria del televisor en México; el licenciado Ricardo Haneine,
sobre el sector de servicios, transporte y logística; y el licenciado Héctor
Álvarez de la Cadena, de Canacintra, sobre diversos factores que afectan la
competitividad.
La
competitividad de la economía (IV)
Adolfo Orive
En la política industrial, el desarrollo de las
TIC y de cadenas productivas de alto valor jugarán un papel significativo.24/03/2013
01:12
La pobreza alimentaria, la pobreza de capacidades y la de patrimonio se
encuentran al mismo nivel que hace 20 años: 18.8% de la población para la
primera, 26.7% para la segunda y 51.3% para la tercera (Coneval). Los programas
sociales impiden que estos porcentajes aumenten, pero no resuelven el problema
de la pobreza; solamente un crecimiento sostenido —por décadas— de la economía
a una tasa superior a 6%, con la generación correspondiente de empleo, puede
reducir significativamente estos porcentajes. Y para ello nuestra economía debe
ser competitiva. Sobre este tema es que se han tratado los talleres que la
Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados ha sostenido estos meses y
cuyos resultados hemos venido describiendo someramente en esta columna.
El jueves y
viernes pasado la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Constitución en
materia de telecomunicaciones. Estas reformas incluyen la responsabilidad del
Estado para que en 2018, 75% de los mexicanos y 80% de las MiPymes puedan gozar
de banda ancha e internet. Sobre este tema, Claudia Schatan, de la
Universidad Iberoamericana, nos había explicado lo siguiente en el taller del 6
de marzo. En México, sólo 36% de la población tiene acceso a internet, muy por
debajo de Brasil, Chile, Uruguay y, por supuesto, Estados Unidos y China. Sólo
10% de la población está suscrita a banda ancha fija; 70% de los hogares
mexicanos no cuentan con computadora, principalmente por falta de recursos
financieros; sólo 42.3% de las escuelas públicas de nivel básico tienen
computadora y sólo 18% de ellas tienen acceso a internet; en el uso individual
de TIC, México está en el lugar 77 de 142 países.
Las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones (TIC)
incluyen los productos electrónicos que almacenan, transmiten o reciben
información electrónicamente en forma digital; los servicios vinculados a esta
tecnología como el internet y las redes sociales, así como el software
requerido para procesar y desarrollar funciones específicas con esa
información. Se ha comprobado la relación positiva que existe entre las
telecomunicaciones y el desarrollo económico, pero tiene que haberse alcanzado
una previa masa crítica de infraestructura en TIC y, por ahora, México se
encuentra en el lugar 81 en el desarrollo de esta infraestructura.
Es obvio que en
la política industrial que habrá de diseñarse e implementarse a corto plazo, el
desarrollo de las TIC y de cadenas productivas de alto valor jugarán un papel
significativo. Al respecto, el doctor Amado Villarreal, del ITESM,
en ese mismo taller, señaló que México requiere diseñar una política industrial
que defina claramente cuáles son los sectores que en el concierto internacional
podrán competir a corto y largo plazo y analizar el impacto regional de la
implementación de dicha política.
El doctor Villarreal señaló
que los sectores estratégicos actuales con presencia nacional son: el equipo de
transporte terrestre y marítimo y sus partes; equipos electrónicos, de
computación, comunicación y señalamiento; los productos agrícolas y de
invernadero; los electrodomésticos y productos electrónicos de consumo; la
maquinaria y equipo; los servicios de apoyo a los negocios; los servicios
logísticos y turísticos; y los alimentos, bebidas, tabaco y confitería. Los
sectores estratégicos actuales solamente con presencia regional serían: los
textiles y prendas y accesorios de vestir; los productos de madera, y el
procesamiento de minerales no metálicos y productos metálicos. Los sectores
estratégicos futuros con presencia nacional y capacidad dinámica para jalar la
economía serían los servicios de información, programación, almacenaje y
procesamiento de datos, así como los servicios médicos y hospitalarios. Además
de los anteriores, los clusters con las más altas interacciones económicas con
otras ramas de producción serían: los servicios logísticos con 39 ramas
asociadas; la producción de maquinaria y equipo, así como la obtención y el
procesamiento de minerales metálicos y productos metálicos con 30 ramas
asociadas; los servicios y productos para la construcción y los productos de
equipamiento con 31; los productos agrícolas de invernadero y los alimentos y
bebidas con 20 ramas asociadas, y los servicios médicos y hospitalarios con 17.
Pero los
clusters actuales más prometedores para México, según el doctor Villarreal son:
el equipo de transporte terrestre y marítimo y sus partes; los equipos
electrónicos, de computación, comunicación y señalización; los productos de
plástico y hule, así como los productos químicos, todos ellos derivados del
petróleo, y los servicios turísticos, así como la producción de alimentos y
bebidas. Las mega tendencias internacionales —tanto sociales como tecnológicas—
señalan que los clusters futuros prometedores serían: los servicios de
investigación y desarrollo tecnológico; los productos y servicios de
información, programación, almacenaje y procesamiento de datos; los equipos y
servicios de navegación aérea y espacial; el equipo médico, óptico y de
medición, así como los servicios médicos y hospitalarios; los servicios
logísticos, y la agroindustria y los productos agrícolas de invernadero.
La
competitividad de la economía (V)
Adolfo Orive
México no puede seguir perdiendo el tiempo
creciendo, como durante estos últimos 30 años, a una tasa anual de sólo 2.2 por
ciento.31/03/2013 00:00
El domingo pasado, expusimos algunos de los
clusters que en el futuro podrían ser los más dinámicos de la economía
mexicana, conforme a la investigación del doctor Amado Villarreal del
ITESM. Ahora, vamos a describir los principales puntos señalados por el doctor Marcelo
Funes-Gallanzi —presidente de la Federación Mexicana de la Industria
Aeroespacial— en ese mismo taller, antes de señalar los temas destacados por la
doctoraRegina Yeu- shyang Chyn, del Centro para la Innovación del
Consejo de Planeación y Desarrollo Económico de Taiwán-China, que vino de
Taipei exprofeso para el taller.
La industria aeroespacial
mexicana está integrada por 270 empresas, con 32 mil empleados, que exportan
cinco mil millones de dólares, pero sólo con 5% de contenido nacional. La
participación de las Pymes es muy baja: deberían ser alrededor de 500. Ahora
somos proveedores fundamentalmente del TLCAN, pero a mediano plazo los grandes
mercados estarán en el oriente, con unos diez mil aviones en los próximos 20
años. Para consolidar la industria aeroespacial en México a mediano y largo
plazo requerimos una mejor infraestructura y una oferta de bienes y servicios
de mayor valor agregado. La infraestructura existente está orientada a procesos
de manufactura, mientras que las instalaciones de investigación y desarrollo
tecnológico compiten entre sí, en lugar de coordinarse para sumar fortalezas.
La industria aeroespacial tiene tres sectores de gran crecimiento: los
vehículos no tripulados, los helicópteros y las cargas útiles; y México tiene
todo para participar en esta industria si hacemos bien las cosas.
La conferencia magistral de la doctora Chyn —subdirectora
del Consejo para la Planeación y Desarrollo Económico de Taiwán-China— se trató
sobre la promoción de la competitividad nacional de esta provincia con una
población de 23 millones de habitantes y un PIB per cápita de 20 mil dólares
anuales. Las tres etapas de desarrollo de su economía se basaron,
respectivamente, en la manufactura; la inversión y el financiamiento; y el
desarrollo del conocimiento de sus emprendedores, su fuerza de trabajo y sus
investigadores. Sus productos estrella en 1983 eran los zapatos, las
bicicletas, las máquinas de coser y las raquetas de tenis. En 2010 son los
iPads, las computadoras personales, los GPS y la fibra de vidrio. Esta
diferencia de productos estrella nos muestra el cambio estructural realizado
por la planta productiva taiwanesa en 27 años. El cambio estructural se debió a
los planes de desarrollo instrumentados desde hace 40 años y al establecimiento
de lo que nosotros llamaríamos zonas económicas estratégicas.
Establecieron instituciones
de capital de riesgo con Japón y convenios para la formación de ingenieros con
las empresas más avanzadas en las ramas industriales que se proponían
desarrollar. Ha existido una “fuerza de tarea” (traducción literal del término
inglés task forcé) al interior del gabinete para incrementar la competitividad
nacional desde 1996. Esta fuerza de tarea ha venido elaborando planes cuatrianuales,
desde esa fecha, así como promoviendo la instalación en las ramas económicas
estratégicas de las mejores prácticas internacionales correspondientes. Esa
“fuerza de tarea” estableció que la competitividad nacional no implicaba mayor
poder financiero ni solamente mayor poder productivo, sino también mejor
educación, seguridad pública, calidad de vida y capacidad técnica; un mayor
nivel de vida y un mejoramiento en su cultura espiritual.
Los objetivos del
incremento sostenido de la competitividad nacional son continuos y por lo tanto
implican inyectar periódicamente nuevos sentidos en las políticas públicas y en
las medidas de competitividad. Por ejemplo, qué áreas socioeconómicas requieren
mayor esfuerzo y en qué áreas los métodos aplicados son inadecuados o
problemáticos. El ejemplo del desarrollo de la competitividad de la economía
taiwanesa va de la mano con los ejemplos de los otros tigres asiáticos de la
primera generación: Corea, Hong Kong y Singapur. Ejemplos que han seguido los
tigres asiáticos de la segunda generación, como Malasia, Tailandia e Indonesia;
por no nombrar a China y a Vietnam en estos ejemplos, porque el lector podría
mencionar que su comparación con México no es válida ya que tienen un sistema
político unipartidista.
México no puede seguir perdiendo el tiempo
creciendo, como durante estos últimos 30 años, a una tasa anual de sólo 2.2%,
con un ingreso medio per cápita semejante al de hace 30 años; con un número
mayor de mexicanos padeciendo pobreza, desempleo y carencia de educación media
y superior; con una mayor inequidad en términos de ingreso y de riqueza; y una
mayor inequidad de capacidad productiva, tanto en términos de sectores como en
tamaño de empresa. La Comisión de Competitividad está decidida a elaborar una
ley reglamentaria de las reformas a los artículos 25 y 26 constitucionales, que
tome en cuenta las opiniones de especialistas y empresarios dadas en estos
talleres, para transformar estructuralmente nuestra economía. El próximo
domingo daremos a conocer las opiniones del sector obrero y de la Organización
Internacional del Trabajo a este respecto; opiniones emitidas en un taller
específico.
CONSTESTA A LO
SIGUIENTE:
1.- ¿Qué es la
competitividad?
2.- ¿Qué
establece el artículo 25 de la constitución?
3.- ¿Por qué cambia
el concepto de competitividad a partir de 1990?
4.- ¿Cuál es la
propuesta del representante de la CEPAL?
5.- ¿Cuál es la
propuesta de Clemente Ruiz de la UNAM?
6.- ¿Según la
representante de la UAM, porque México se encuentra atrasado?
7.- ¿Qué
relación tiene la educación y la competitividad’
8.- ¿Por qué
razón la educación no responde a la competitividad?
9.- ¿Qué
importancia tienen las TIC´S para la competitividad?
10.- ¿Qué avances
tienen México respecto a otros países en el uso de las TIC´S?
11.- ¿La
pobreza alimentaria, la pobreza de capacidades y la de patrimonio como afectan
a México?
12.- ¿Qué son
los Clusters?
13.- ¿En qué
sectores productivos puede competir México?
14.- ¿Qué
importancia tiene la industria aeroespacial?
15.- ¿Cuál es
la experiencia de Taiwan y China?
16.- ¿Qué tiene
que hacer México para su desarrollo económico?
17.- ¿Qué
entendiste del tema?
18.-¿Cuáles son
los tigres asiáticos y cuáles son sus niveles de desarrollo económico?
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