Historia de México

sábado, 30 de abril de 2016

PRIVATIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN

LA JORNADA. 30 de Abril de 2016
Enrique Calderón Alzati
Privatizar la educación
Cada día los objetivos neoliberales del actual gobierno en torno a la educación son más claros, las acciones fascistas de Aurelio Nuño, conocido ya por su nula voluntad para entender a los maestros y su escaso conocimiento del sistema educativo nacional, se han reducido a denostar y aplicar la fuerza represiva contra el magisterio nacional, cumpliendo las órdenes del Presidente y olvidándose de los objetivos mismos de la educación pública, establecidos en la Constitución.
La privatización de la educación aún no ha sido develada oficialmente como el objetivo central del presidente Enrique Peña Nieto, pero su afán de servir a los grandes intereses financieros internacionales –contenidos gracias a la heroica resistencia de los maestros– sin duda forma parte de los compromisos adquiridos a cambio de la legitimación de su gobierno, colocando en oferta no sólo los recursos naturales de la nación, sino también sus grandes mercados de consumo, conformando así un nuevo peligro para la nación. En este artículo me propongo describir las causas, los objetivos, las acciones y las consecuencias de esta estrategia privatizadora, en vías de instrumentación.
De los intereses del capital: El crecimiento actual de los grandes recursos financieros mundiales requiere que éstos sean colocados en nuevos mercados altamente rentables, un objetivo esencial para el FMI. El mercado educativo mexicano, con 27 millones de estudiantes, vale más de 30 mil millones de dólares anuales; para las instituciones financieras, la calidad de la educación es lo que menos importa; su preocupación está en asegurar que una inversión de esa magnitud les produzca utilidades similares o mayores a las que les puedan representar otras inversiones, como la de créditos para llenar de autos las ciudades.
Del acceso a la educación privada mediante créditos: La historia de las empresas mexicanas que venden a crédito televisores, computadoras, utensilios de cocina, etcétera, ha mostrado la factibilidad de grandes negocios; a la población de bajos ingresos, más que precios reducidos, le interesa que los pagos mensuales sean pequeños. Una buena campaña de promoción de créditos para una educación “de alta calidad” adquiere importancia como un buen sustituto para la educación pública, calificada de panzazo, “por culpa de los profesores”. La estrategia ha funcionado en todas las privatizaciones anteriores. ¿Por qué no en ésta? La adquisición de servicios educativos por algunos fragmentos de la llamada clase media a la que le gusta ser considerada “totalmente palacio” es igualmente importante. De hecho, buena parte de la población de ingresos medios prefiere esta opción para asegurar que sus hijos tengan acceso a amistades con niños de “familias acomodadas”, lo cual pueda convertirse, a futuro, en relaciones sociales adecuadas. “El éxito no está en lo que sabes, sino en a quien conoces”. Ello explica la supuesta preocupación de Televisa por la educación. El negocio de la promoción de franquicias educativas y de créditos será una nueva y atractiva mina exclusiva para esa empresa.
El endeudamiento de la población: Adquirir un crédito para la educación de los hijos será relativamente sencillo. Los bancos ofrecerán líneas de crédito para este “noble” fin y, a lo mejor exentos del IVA, sus montos serán similares al de un auto, entre 12 mil y 18 mil dólares por toda la educación básica y cantidades similares por la educación superior, dependiendo de la calidad. “Invierte hoy para el futuro” podría ser un bonito lema. Para quienes, por su condición de pobreza, se queden sin acceso a alguno de estos servicios, existirá una nueva educación popular, administrada por la Secretaría de Desarrollo Social, donde podrán instruirse para realizar actividades básicas con salarios mínimos en el sector informal.
El pago de los créditos y sus intereses será de largo plazo y, como garantía, estará vinculado a los salarios que, se espera, los estudiantes recibirán cuando egresen. El monto general de los adeudos de 20 millones de estudiantes será en pocos años similar a lo que hoy representa la deuda del gobierno de México, seguramente un alto porcentaje de la población estará atada a esa deuda a lo largo de buena parte de su vida productiva, sin que ello implique en forma alguna que las nuevas generaciones de mexicanos logren tener una educación mejor de la que tenemos hoy, por la sencilla razón de que al sistema financiero le tendrá sin cuidado lo que las nuevas generaciones aprendan o dejen de aprender, con tal de que paguen los créditos recibidos. Una experiencia de este tipo la vivieron ya los mexicanos con las llamadas tiendas de raya, siendo necesario reflexionar lo que los avances tecnológicos puedan representar para su aplicación en los tiempos actuales.
Consecuencias: Las grandes empresas que se dediquen a la educación no tendrán necesariamente un interés por la excelencia, pues éste será primordialmente de orden financiero. Así las cosas, la excelencia educativa será resuelta con atractivas campañas mediáticas, cuyos costos serán pagados por los estudiantes y sus padres, mientras el gobierno quedará liberado de esta carga impuesta por una Constitución obsoleta, inventada quien sabe por quién. De esta manera, las escuelas populares de las regiones más pobres del país tendrán como finalidad principal alimentar los mecanismos clientelares utilizados de tiempo atrás para asegurar la estabilidad política del régimen. El esquema así definido permitirá un mayor control de la ciudadanía, pues cuanto más ocupada esté en pagar sus deudas, menos conciencia y participación política tendrá, facilitando así la “democracia perfecta”, capaz de producir nuevos Peña Nieto, reconocidos por su ignorancia, por su falta de visión y su desprecio por el país que gobiernan. Los bancos incrementarán sus utilidades, las empresas trasnacionales seguirán teniendo a México como un mercado seguro y los mexicanos, como nación, seguiremos perdiendo en todos los aspectos, como ha sucedido en las últimas cuatro décadas.
En el sistema económico global y unipolar en el que vivimos, los destinos y funciones de cada país para asegurar el desarrollo del planeta seguramente ya han sido definidos por los dueños de los grandes capitales, catalogando a México como un país periférico. Por ello, la educación, la calidad de vida y el respeto a los derechos humanos resultan irrelevantes. El control de las poblaciones mayoritarias se dará necesariamente limitando la educación y la distribución de créditos con base en las buenas conductas. ¿Cuánto tiempo falta para que esto sea realidad? ¿Cuáles podrán ser las consecuencias para las nuevas generaciones de mexicanos? ¿Podemos hacer algo para evitar que esto suceda? El problema no es sólo de los maestros, es del pueblo mexicano en su conjunto.


ACTIVIDAD PARA HISTORIA DE MÉXICO I. SEGUNDO SEMESTRE

Visita el siguiente link y contesta lo siguiente:

1.- ¿Qué ocurre?
2.- ¿Cuál es la trayectoria de Miguel Hidalgo?
3.- ¿Dónde y cuándo ocurre?
4.- Explica lo que comprendiste del vídeo
5.- ¿Cuál es el problema?
6.- ¿Qué soluciones se llevaron a cabo?
7.- ¿Qué consecuencias resultaron?
8.- Redacta haciendo referencia a las causas de la decisión de Hidalgo por iniciar la rebelión, las denuncias sobre él, relación  social y económica, religión, acciones que realizó cuando inicia la rebelión, decretos y leyes. 
9.- Redacta en una hoja completa lo que comprendiste o aprendiste.
10.- Pega tres imágenes sobre el tema que más te gusto y anota que expresan dichas imágenes.
11.- ¿Qué beneficios aporta la Independencia de México?



Neoliberalismo y movimiento obrero

LA JORNADA. 30 de Abril de 2016
José Luis Contreras y Óscar Alzaga*
¿Podrá resurgir el movimiento obrero en el neoliberalismo?
Desde el ascenso del neoliberalismo impulsado por Ronald Reagan y Margaret Thatcher, así como la caída del socialismo, los sindicatos del mundo reducen membresía y peso en el trato obrero-patronal en la arena internacional. En México desde 1982, pero pactan con el Fondo Monetario Internacional (FMI) los topes salariales desde 1977.
La decaída de los sindicatos no fue igual para todos; varios factores intervinieron. En los años 80 a los europeos los acompañó la integración de la Unión, una política progresista. En cambio el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en los 90 fue un arreglo neoliberal excluyente. La década de 2000 en América Latina cambió en favor de gobiernos democráticos y sociales. En contraste, en ese tiempo Europa giró a la derecha.
De 1970 a 1982 México vería los últimos vestigios de economía mixta y nacionalismo. Los sustituye una política peor: el neoliberalismo lleno de promesas que fue desmantelando al Estado social, el paraestatal y la relativa soberanía exterior. (No se rompió con Cuba, se apoyó la lucha de El Salvador, se creó Grupo Contadora y respaldó el exilio internacional.) Hubo grandes luchas contra la política neoliberal: en las elecciones de 1988, 2006 y 2012; la reforma eléctrica la frena el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) en 1999, a la reforma petrolera la impide la lucha ideológica en 2008. Las luchas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), mineros, maestros, migrantes de la primavera de 2006 en Estados Unidos (EU), Ayotzinapa y otras. Pero fueron insuficientes.
Y el neoliberalismo siguió. Sin planificar ni evaluar aplicó el modelo, de modo frontal se fue contra la Revolución de 1910, la Constitución de 1917 y la obra cardenista de 1934-40, incluso la posterior: IMSS, Issste, Infonavit, utilidades, las estatales Luz y Fuerza del Centro, mineras, siderúrgicas, ingenios y otras. De igual modo la política exterior es más entregada el capital trasnacional y a EU. Ahora juegan otro papel los medios de comunicación, la mentira es parte de la política oficial; los sindicatos de una estrategia empresarial y de Estado. Borran la historia en las escuelas y en la conciencia del pueblo, las enseñanzas de sus luchas, triunfos y derrotas. Claves para la lucha ideológica y política.
Los sindicatos y la tasa de ganancia del capital
¿Qué papel tiene el sindicato en la política y la economía? Sabemos que sirven para defender los intereses y derechos de los trabajadores ante los patrones. Pero también afectan el mercado interno, el reparto de la riqueza y la desigualdad social, porque influyen en la tasa de ganancia empresarial, el costo de la mano de obra y el empleo; por tanto, afectan la economía y la política del país.
Por su naturaleza colectiva los sindicatos son fuerzas políticas y en una sociedad de clases los intereses que representan chocan con los del patrón. Por eso desde hace décadas se ejerce el control de la mayoría, pero ahora van más lejos: quieren sindicatos blancos.
Jurídicamente fueron concebidos para la defensa de sus socios. Pero la lucha de clases desigual deforma esa función. El Estado y los empresarios les impiden ejercer sus derechos: de libertad sindical, de independencia política y de autonomía organizativa en sus acciones, bases indispensables para la acción y unidad de los trabajadores.
A los neoliberales los caracteriza el lucro irracional, las concesiones mineras sin medida; la reforma energética revela abusos de todo tipo, a costa de bajísimos salarios, de accidentes de trabajo, de malos servicios de salud y educación. El trabajo no es productivo ni racional, es explotación virulenta sin defensa sindical. El capital confunde las ventajas comparativas con los abusos, pues los bajos salarios no tienen justificación. Su visión del trabajo es de una mercancía, lo contrario a la Constitución y los derechos humanos. El control de los sindicatos –para ellos– es una variable económica redituable.
El sindicalismo de lucha de 1936-46 fue de grandes logros al frenar los abusos patronales de Monterrey con la huelga vidriera; la huelga general del SME en el centro del país crea un contrato colectivo de trabajo bilateral; la huelga de 25 mil jornaleros de la comarca lagunera inició la reforma agraria, la única que afectó la propiedad privada; las huelgas petroleras de 1933-34 y 1937 en las compañías extranjeras impulsan la expropiación; la ola de huelgas de 1943-44 descongelaron el salario; la huelga general minera de 1944 fue antimperialista, etcétera. Pero la Confederación de Trabajadores de México (CTM) de los años siguientes pasó a ser subordinada de gobiernos: con Miguel Alemán apoyó los charrazos en sindicatos independientes. No obstante, defendía los contratos colectivos de trabajo, las conquistas de la ley laboral y el IMSS. Pero ahora pasa de resistir al neoliberalismo con Fidel Velázquez a la entrega total, se desliza hacia el sindicalismo patronal.
Hoy la mayoría de los sindicatos abandona la lucha por la defensa de sus derechos, pocos impulsan la libertad sindical, la independencia política y la autonomía de sus organizaciones. Ceden el paso a los contratos colectivos de protección patronal, al trofeo oficial de “cero huelgas”, a los recuentos sindicales los promueven los patrones. Como nunca, se ocultan los contratos colectivos, los estatutos y los registros sindicales a los titulares de esos derechos –los obreros–, en toda la provincia.
Los contratistas ocultan la responsabilidad patronal en la maquila de la frontera, la automotriz y autopartes, en empresas de la oligarquía, la principal beneficiaria del atraso sindical. O, enemigo principal de los derechos históricos sindicales. Para ellos es estratégico oponerse a los derechos de la libertad, independencia y autonomía sindicales.
En tales condiciones: ¿podrá resurgir el movimiento obrero? Creemos que sí, porque nada hay más justo y legítimo en los seres humanos que recuperar sus propios derechos. ¿Podrá el pueblo recuperar su soberanía? Creemos que sí, todas son tareas comunes del pueblo.
*Abogados de la ANAD