comeráel presupuesto de un año entero. Al terminar su sexenio, Ernesto Zedillo dejó una deuda de un billón de pesos; Fox y Calderón la quintuplicaron y Peña Nieto la duplicó, la subió a 11 billones. Ya no hay espacio para más.
La respuesta del gobierno federal ha sido tajante: ni un peso más de deuda, aunque el saldo de esta ha crecido por efectos devaluatorios.
Sin embargo, es creciente el peso del costo financiero de la deuda y anualmente se come
buena parte del Presupuesto de Egresos de la Federación. Por ejemplo, La Jornada (Israel Rodríguez) documenta que en los pasados 14 años los contribuyentes mexicanos, sólo por pago de intereses, comisiones y otros gastos de la deuda pública, han erogado5 billones 897.5 mil millones de pesos, cantidad 88 por ciento superior al monto de la deuda total del sector público, en su expresión más amplia, que en 2006 alcanzó 3 billones 135.4 mil millones de pesos. Pese a que en las finanzas públicas se destinan cada año cifras ascendentes para el pago del servicio de la deuda total (interna y externa), lejos de disminuir esos pasivos casi se han triplicado de 2006 a lo que va de 2020, revelan datos contenidos en los anexos del segundo Informe de gobierno
. Y la mayor proporción de pago corresponde a intereses (alrededor de 98 por ciento de las erogaciones).
En lo que se refiere al crecimiento de la deuda pública, la medalla de oro corresponde a Felipe Calderón y la de plata a Enrique Peña Nieto, quienes indiscriminadamente aumentaron el saldo de dicho débito. En los pasados 14 años la proporción de la deuda del sector público respecto del producto interno bruto (PIB) pasó de representar 18.7 por ciento en 2006 a 53.2 por ciento al cierre de la primera mitad de 2020, es decir, un aumento de 34.5 puntos porcentuales
(ídem), con todo y que en la 4-T no se ha contratado nueva deuda.
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